Coches negros y rayas blancas imprimiendo una velocidad a la vida...
Aquellos tiempos corrieron inmersos en noches interminables, en la oscuridad de los locales de moda en pleno día, barras de discoteca plagadas de botellines de agua, jóvenes de ojos abiertos que no miran hacia ningún lugar, moviéndose en trance bajo ritmos veloces, con sus pantalones a cuadros como seña de identidad.
Miguel se quedó en la periferia de ese mundo, en el que la mayoría de la gente tenía una actividad asidua: coches negros y rayas blancas imprimiendo una velocidad a la vida, rompiendo la monotonía y la desesperación de los días.
https://www.youtube.com/watch?v=gAZqaFZlOeQ
Herida de amor
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