Victoria. "Miguel se detiene en seco tensando los músculos del estómago. En su camino, allí delante, todavía bastante distanciados, ha reconocido dos fisonomías que lo inquietan. Están sentados en un banco, inmóviles. Una figura con la misma camisa de cuadros y el pantalón beis apoyando las dos manos sobre un bastón vertical, y a su lado una silueta delgada vestida de negro" Sea en un paraje exótico en los mares del sur, la isla de Samburan (Indonesia), en la novela de Conrad, o sea en una isla desértica del Atlántico africano (Fuerteventura), vayas donde vayas, elijas un refugio lejano, o una fortaleza inexpugnable, tarde o temprano siempre llegan los malos. Es entonces cuando solo quedan dos caminos: salir huyendo, o enfrentarse al destino. "Duele la cicatriz de un remordimiento" Herida de amor.