
Jugando a ganar... Se pregunta qué estaría dispuesto a hacer por proteger a esa inocente ave, y se da cuenta que en ese momento lo entregaría todo, todo hasta el fin, como rezan las letras azules y descoloridas de su tatuaje. Fuerte y frágil al mismo tiempo, qué otra mujer podría ser mejor compañera en su vida. Su blanca gaviota. Una vida solitaria y a veces fría, un tránsito nómada y errante, la lucha de un guerrero que luchando para ganar siempre vuelve a perder. Lleva demasiado tiempo solo, concluye. Alguna vez en la vida hay que abandonar la corriente del río para aventurarse en alta mar. _ Márchate con el coche, Raúl, yo tengo que volver_ _ ¿Estás loco?_ exclama el isleño. _ Quizás_ https://www.youtube.com/watch?v=Z-I9VZ5HwcA Herida de amor.